Nuestro
querido Pijus nació en la magnífica capital del Imperio del César allá por el
año 12 a. B. (antes de Brian). Nacido en el seno de una familia noble, que
había conseguido riqueza gracias a la venta al por mayor de piedras, mármoles y
barbas de pelo de cabra, tuvo acceso a una educación superior. Pronto demostró
aptitudes físicas muy marcadas, por lo que sus padres, Caius Malaius Magníficus
y Josefa García (su madre era natural de Hispania), decidieron enviarle a la
escuela de generales del ejército imperial, donde fue educado con dureza,
siempre en base a unas estrictas normas de comportamiento.
Pronto,
Pijus fue ascendiendo en rangos dentro de las filas romanas, a la vez que
desarrollaba un excelente gusto por los distintos tipos de tejidos, tintes
púrpuras y dorados, y prendas en general que llegaban de las colonias mercantiles
del Mediterráneo, llegando a almacenar en su hogar la nada despreciable
cantidad de 18 túnicas, 14 armaduras, 24 pares de sandalias distintos, al igual
que una infinidad de abalorios y piedras preciosas. Pijus siempre mantuvo que
todo esto eran regalos para su madre, Josefa, pero al preguntarle a la
susodicha por dichos presentes, ella siempre negaba con la cabeza, indicando
que no sabía nada de ningún regalo.
Pijus
llevaba una brillante carrera como general, sobre todo para lo joven que era,
pero por desgracia, en una batalla de la campaña por la conquista de la Galia,
un obeso galo, que tenía toda la pinta de ir hasta las cejas de alguna
sustancia de doping le propinó un guantazo en la cara que afectó seriamente a
su dicción. Durante varias semanas, ningún sonido articulado reconocible salió
de sus labios, pero se apuntó a las clases de un logopeda que le hizo recuperar
totalmente el habla (al menos eso pensaba él). Estas clases fueron de los
sucesos más importantes de su vida; en ellas trabó amistad con el que se
convertiría en su mejor amigo y confidente, Poncio Pilatos y conoció también a
Incontinencia Suma, que pocos años después se convertiría en su esposa.
Gracias a la
compensación que el César le dio por sus servicios prestados durante la
campaña, Pijus pudo vivir una vida tranquila el resto de sus días, en una villa
construida a las afueras de Roma en la que crió junto a Incontinencia a su
única hija, Berzas Magníficus, que se convertiría en su adolescencia en
sacerdotisa de la Iglesia de la Calabaza.
Resulta que la mujer de la calabaza es de alta alcurnia!! Grande Pijus!:D
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